Quizás si escuchas el concepto «food waste» no tengas ni idea de lo que significa. Sin embargo, si te hablamos de desperdicio de alimentos seguro que te parece un tema mucho más familiar. Desde Que Cocine Peter te explicamos qué es y en qué consiste el food waste, además de ofrecerte algunas soluciones para que contribuyas a paliar este problema.
¿Qué es el food waste?
La pérdida y desperdicio de alimentos es el problema denominado como food loss o food waste. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se desperdician.
- La pérdida de alimentos o food loss. Consiste en un fallo en el suministro de alimentos entre productor y distribuidor, que desencadena la pérdida de algún alimento. Problemas relativos a las plagas, al empaquetado de los productos o al transporte, son los que hacen que se pierda comida.
- El desperdicio de alimentos o food waste. Consiste en el descarte de algunos alimentos por no considerarse aptos para el consumo humano. A menudo se desperdician alimentos comestibles en grandes cantidades. Es algo que podemos ver con claridad en los supermercados. Allí se merman cantidades significativas de comida, como por ejemplo yogures próximos a caducar, todavía comestibles.
¿Por qué se produce?
Por un uso ineficiente de los recursos que disponemos, unido a unos comportamientos imprudentes propios de las sociedades capitalistas. “Los niveles más altos de desperdicio de alimentos en las sociedades ricas derivan de una combinación del comportamiento de los consumidores y de falta de comunicación en la cadena de suministro” (FAO news).
La ausencia de planificación de la compra y el menú semanal en las casas, las normas de calidad alimentaria, a veces excesivas y los requisitos estéticos de los alimentos hacen que el desperdicio de productos comestibles sea muy grande.
También entran en juego los excedentes en la fase de producción. Muchas veces no se equilibra la oferta con la demanda y las “sobras” de alimentos se merman sin ningún escrúpulo. Por otra parte, en las fases de transporte y distribución los alimentos se deterioran por diversos motivos: por la baja calidad del envasado, por la falta de tacto con la que se manipulan estos alimentos o por las condiciones atmosféricas en las que se conservan.
«Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia a nivel mundial, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas por año» FAO.
Duras consecuencias
Los alimentos que no se consumen, según la FAO, también representan un desperdicio de recursos. El agua utilizada, la energía consumida, el suelo y otros factores de producción han sido utilizados y gastados en vano.
Las consecuencias que este gasto innecesario supone para el medio ambiente, son numerosas. En 2013, la FAO, realizó el primer estudio sobre las consecuencias del Food Waste (Food Wastage Footprint: Impacts on Natural Resources) revelando lo siguiente.
El agua desperdiciada en la producción de alimentos no consumidos supone un volumen equivalente al caudal anual del Volga. Además, la producción de estos alimentos genera 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
Entre las consecuencias económicas señaladas, destacan los 750.000 millones de dólares que supone la pérdida de comida. Para hacernos una idea, esa cantidad es lo que puede valer la empresa Google, o el patrimonio conjunto de las 15 personas más ricas del mundo.
Mil millones de personas pasan hambre en el mundo según la FAO, por lo que es inadmisible que se pierdan alimentos. La responsabilidad no es solo de los gobiernos o de las grandes industrias alimentarias del sector privado. Es de todas las personas. Todos tenemos que contribuir y aportar soluciones al food waste, tomando conciencia del problema.
Soluciones al fenómeno food waste
El principio de las 3 erres sería aplicable para paliar este problema. En primer lugar reducir la producción para que no se produzca excedente de alimentos. Después vendría la reutilización de los mismos en mercados secundarios o en donaciones para gente sin recursos. Y por último reciclaje de alimentos: si la comida ya no es apta para el consumo humano por normas de sanidad alimentaria, que se utilice para dar de comer al ganado o a los animales que luego producirán otros alimentos.
Parece una tarea complicada de realizar, pero aplicarla al día a día es realmente sencillo. Desde Que Cocine Peter te proponemos consumir solo lo que tu cuerpo necesita. No cocines más de lo que vayas a consumir. La comida que sobra siempre puede ponerse mala y tendrás que terminar tirándola. Además, ¿sabías que consumimos un 10% más de alimentos de los que realmente necesitamos?
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