¿Sabes que los horarios de comidas influyen en el correcto funcionamiento de nuestro organismo? Si quieres saber por qué solo tienes que continuar leyendo este post.
Los horarios de comidas forman parte de unos hábitos de alimentación que adquirimos. Los hábitos alimentarios están relacionados con la salud. Si no seguimos una dieta sana y tenemos una rutina saludable, podemos incurrir en problemas como diabetes hipertensión o incluso cáncer de colon. Por el contrario, si llevamos una alimentación adecuada (respetando los horarios de comida) contribuiremos a tener un sistema inmunitario fuerte y un peso saludable.
Los expertos recomiendan prestar atención a los horarios de comida y también al tiempo que dedicamos a esta actividad a diario.
- ¿Se deben hacer 5 comidas al día? Las cinco comidas diarias, es un número al que todo el mundo tiende ya que puede contribuir a calmar el apetito o la gula. Sin embargo, no sirve de nada que realices cinco comidas al día si ingieres más calorías de las que tu cuerpo necesita.
Además, cada vez están más demostrados los efectos positivos del ayuno intermitente, por lo que no es necesario que realices un número determinado de comidas al día. En definitiva lo que importa es el cómputo global de calorías que tu cuerpo haya ingerido al final de la jornada. - Establece unos horarios fijos de comida. Mantener unas horas fijas para comer nos ayuda a sincronizar nuestro organismo. Nuestro cuerpo tiene un reloj biológico del que ya te hemos hablado en otros post, que controla las actividades internas, como la producción de hormonas. Si las horas de nuestras comidas van cambiando bruscamente a diario, será muy difícil que nuestro organismo y en concreto nuestro cerebro, se sincronice con el resto de órganos de forma correcta. Los desajustes, con el tiempo, pueden derivar en problemas como la diabetes, la obesidad o el insomnio.
- Come sin prisa. No solo debemos tener en cuenta cuando comer sino cómo hacerlo. Comer con ansiedad o estrés puede hacer que los nutrientes no se absorben correctamente y que incluso la comida nos siente mal. Comer con prisas puede provocarnos estreñimiento, gases, hipo y otras molestias.
- Mastica bien. Para evitar comer con prisa, un truco es pensar en masticar correctamente todos los alimentos para que se mezclen bien en nuestra boca con la saliva. Esta contiene amilasa, una enzima que ayuda a digerir los carbohidratos. Si la amilasa no actúa correctamente, los alimentos llegarán a nuestro estómago sin haberse digerido del todo, por lo que le forzaremos excesivamente.
- Bebe agua. Si hablamos de que es importante fijar unos horarios determinados para nuestras comidas, la toma de aguas por el contrario, debe ser casi continua. Debemos beber antes de tener sed para poder reponer los líquidos perdidos con la orina y el sudor. Dependiendo de tu metabolismo, se estima que las personas debemos beber entre 1,5 litros al día. Lo más importante es no estar largos periodos de tiempo sin ingerir líquidos.
¿Te han gustado estos consejos? Sabemos que ponerlos en práctica en ocasiones puede resultar complicado, debido al ritmo frenético que llevamos en nuestras vidas. Con el trabajo, los estudios, o los compromisos sociales, a veces no dedicamos el tiempo suficiente qué necesitamos para comer e incluso cocinar. ¡Qué fácil sería llegar a casa y tener a diario la comida lista para invertir el tiempo de cocinado en disfrutar lentamente de nuestra comida!
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