Vivimos en un mundo en el que las oportunidades académicas cada vez son mayores. Por fortuna, nuestros hijos pueden disfrutar de experiencias internacionales e intercambiar sinergias con gente de todo el mundo. Sin duda, son experiencias muy enriquecedoras para ellos, y aunque sus padres no hayan tenido las mismas oportunidades, deben apoyarles a salir de su zona de confort y también del nido. En este post te damos algunos consejos para que sepas qué hacer si tu hijo se va a estudiar fuera.

El apoyo de los padres es fundamental

Tanto como si tu hijo se va de Erasmus, como si se va de SICUE (Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios de España), la antigua beca Séneca, no solo aprenderá a vivir por si mismo. También adquiriá valores como la superación, la madurez, la perseverancia o la resiliencia. Por eso es importante que no cortes sus alas, y le dejes vivir y aprovechar la experiencia al máximo.

En los primeros pasos de la andadura educativa de tu hijo es muy importante que cuente con tu apoyo. Si se va a otra ciudad del país, intenta visitarla con él antes de su marcha. SI se va al extranjero, ayúdale a buscar piso, compañeros y gente con la que contar en el lugar de destino. Los comienzos son difíciles, pero seguro que merecerá la pena. Con el apoyo de unos padres, todo se hace más sencillo.

Olvida los miedos y preocupaciones: todo saldrá bien

Es normal que el miedo o la incertidumbre invadan las mentes de los padres antes de que su hijo se vaya. «¿Qué comerá mi hijo? ¿sabrá poner una lavadora? ¿limpiar el baño? ¿pagar facturas? ¿coger el metro? ¿se gastará todo el dinero en alcohol y fiesta?«. Hay que mantenerse tranquilo. Aprender a poner una lavadora o tener que ocuparse de las labores del hogar serán tareas a la que terminará acostumbrándose. Probablemente estropee alguna camiseta, se le queme el aceite alguna vez, o tenga un tomate podrido en la nevera. Pero esto no es nada grave. Si tu preocupación tiene que ver con la famosa «vida universitaria» y con el dinero que tu hijo se puede gastar en alcohol, déjanos decirte que tampoco tienes por qué preocuparte. Que tu hijo salga de fiesta, beba cerveza o se tome un gintonic de vez en cuando no está mal. Son cosas propias de su edad y de la etapa que está viviendo.

Tenemos un post sobre «cómo independizarse y no morir en el intento» que te recomendamos leer si te identificas con este tema. También te recomendamos enviárselo a tu hijo, seguro que le sirve de ayuda.

La solución a tus preocupaciones

Aún así, desde Que Cocine Peter, proponemos una solución a estos problemas y miedos que inundan la cabeza de un padre preocupado. Contamos con un servicio de tuppers caseros a domicilio. Trabajamos con 8 cocinas que preparan cocina tradicional, 100% natural y sin aditivos, es decir, como la de casa. La envían en tuppers correctamente envasados para que en un solo envío puedas recibir la comida de toda la semana o incluso todo el mes. Hay más de 1000 platos diferentes y a un precio muy competitivo, desde 3 euros. ¿Que por qué te contamos todo este rollo? Porque puede ser una solución genial si tu hijo se va a estudiar fuera de casa a otra ciudad.

En nuestra web puedes encontrar todos los tuppers y pack que disponemos. Nuestro servicio no está pensado para pedir un solo tupper, sino para hacer un pedido semanal, quincenal o mensual. Nuestros tuppers se conservan refrigerados en la nevera hasta 1 mes, aunque también se pueden congelar. En la opción de «monedero» de nuestra web que puedes encontrar pinchando «aquí» puedes ingresar dinero. Si le creas a tu hijo una cuenta en Que Cocine Peter e introduces la cantidad que creas conveniente en dicho monedero evitarás dos de tus preocupaciones más grandes. La primera, que tu hijo no coma bien. Si no sabe cocinar, aquí tiene la solución. Solo necesitará de un microondas para calentarse las comidad. La segunda: sabrás a dónde va a parar el dinero que le das a tu hijo. La preocupación por que se lo vaya a gastar en alcohol y fiestas desaparece.

No lo dudes, abre nuestra web, ingresa a dinero en el monedero de la cuenta de tu hijo y deja tus preocupaciones a un lado. La vida de tu hijo será mucho más sana, y vuestra relación, también.

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