Imprescindible el salmón en nuestra cocina, pescado azul rico en ácidos grasos omega 3 y omega 6, con atributos cardioprotectores, recuerda la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Este elevado contenido en grasas ‘buenas’ también hace que el salmón tenga cantidades destacables de vitaminas liposolubles como la A y la D.
En este sentido, la ingesta de este pescado contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de los tejidos del cuerpo, favorece la resistencia a las infecciones, ayuda al desarrollo del sistema nervioso y regula los niveles de calcio y su fijación, por lo que refuerza los huesos.
También es una muy buena fuente de proteínas de alto valor biológico, las que contienen todos los aminocácidos esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Potasio y fósforo son los minerales más presentes en el salmón, y muy rico en yodo, necesario para convertir los alimentos en energía